26 de agosto, martes
Hoy, después de un despertar
glorioso, amanece un día lluvioso.
Como de costumbre salimos "temprano"
(sobre las 10 h.) y seguramente algunos peregrinos ya habrán llegado.
Recorremos los humedales del río Belelle, pasamos por la iglesia de Santa María
que data del año 1721 y que custodia el Cristo de la Cadena, pero está cerrada.
Desayunamos y nos adentramos en la frondosa vegetación de la zona acompañados
de una persistente lluvia que nos escoltará todo el día, lo que no nos impide
deleitarnos con unas preciosas vistas de la ría de Ferrol desde lo alto del
Marraxón. Pasamos por varias fuentes-lavaderos y llegamos al Concelo de Fene.
Por fin, tras el largo esfuerzo bajo la lluvia y calados hasta los huesos, nos
encontramos con el bar restaurante Vilar de Colo donde reponemos energías con
un par de cervezas y un enorme bocata (ver foto). Un vecino ve tan mojado a Julián López junior
que le regala una camiseta con el anagrama de Navantia para que pueda
cambiarse.
Reanudamos la marcha adentrándonos en
un bosque de eucaliptos y castaños cuya base está alfombrada de helechos. Caminamos un largo tramo con lluvia hasta la Playa
de la Magdalena de arena fina y blanca y luego, girando a la izquierda, aparece
el puente sobre el río Eume (Pontedeume)
que desemboca en la ría de Ares. El puente, que fue construido en el s.XIV,
está bien conservado y en uso.
Ya hemos acabado, pero nuestro asistente
general ha tenido que buscar una alternativa al albergue porque hasta los
caracoles habían llegado antes que nosotros (velocidad media del grupo: 2,2
km/h). Para compensar las penurias del
día, tomamos una cena cinco estrellas en el Restaurante Luis, propiedad del
dueño del lugar donde nos hemos hospedado.
Realmente recomendable.
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